cuando rindas cuentas de tu vida
inclúyeme como el que más te debe
por el amor de oro y las lágrimas de diamantes,
los cuales te desprendí y nunca supe su valor real
del tesoro que siempre me ofreciste a manos llenas
del cofre de tu corazón del cual para mi extrajeras
con tu invaluable ternura y pasión que siempre tomé con ventaja
porque soy un demente egoísta ávaro
al cual le ha llegado el tiempo de regresar todo lo hurtado
ahora la deuda ha ascendido demasiado
y no puedo pagarla ni con mi vida o volviendo a nacer
mi corazón es una enorme veta de oro oculta
mis hojos, en salvaje caudal de río de diamantes
porque ya no te encuentran para ofrecértelos
y regalártelos en pago por tu amor
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